Reseña Histórica

RESEÑA HISTÓRICA

TENZA: Tenisucá o Tenasuca = en lengua chibcha traduce, “tierra baja” o “detrás del boquerón”. Territorio anterior a la Conquista, Poblado Chibcha dependiente del Zaque de Hunza, gobernado por Caciques tributarios como Runi, Cora y Mutatá. Su Fundación Hispánica la hizo Don Pedro Fernández de Valenzuela, quien acompañado por más de cuarenta hombres y bajo órdenes de Gonzalo Jiménez de Quesada, bautizó este poblado aborigen con el nombre de “Ciudad de San Juan” el 24 de Junio de 1537; de paso hacia las minas de esmeraldas del cercano territorio del Señor de Simindoco (Somondoco).
Principales acontecimientos históricos:
1537 – 24 de Junio, Fundación Hispánica sobre el cercado chibcha de Tenisucá
1540 – Se otorga a Don Cristóbal de Roa la Encomienda de Tenza
1571 – se establece Casa Dominicana para la evangelización de los indígenas
1600 – se ordena la reconstrucción de la Capilla Doctrinera
1778 – El Virrey Manuel Antonio Flórez expide el Decreto de Erección de la Parroquia de Tenza
1781 – Tenza adhiere a la causa de la Insurrección Comunera
1810 – El 6 de Septiembre la Junta Suprema de Gobierno de Santafé le otorga a Tenza el título de “Villa Republicana”.
1817 – 1819 En la época de la Reconquista española y la Campaña Libertadoa, varios mártires tenzanos ofrendaron su vida en el cadalso por la libertad de la patria, ejecutados entre otros, por el Teniente Coronel español Carlos Tolrá, en esta extensa nómina patriótica figuran los nombres de 46 heroínas, héroes y mártires, siendo Tenza el Pueblo boyacense que más vidas brindó a la causa libertaria.
1821 – el 7 de febrero el Libertador Simón Bolívar visita Tenza, recibe homenaje público, agradece sus servicios a algunos patriotas tenzanos, asiste al baile organizado en su honor por la señora Joaquina de Ramírez y se hospeda en la casa del señor Cura.
1862 – 1866 – se promulgan Constituciones Políticas para el Distrito de Tenza
1888 – Se Construye el Hospital Antiguo
1897 – Se contrata con la firma Marchand y Sandoz, la fundición y transporte de cuatro Campanas suizas para el Templo de Tenza.
1906 – Se demuele la antigua Capilla colonial y se inicia la construcción del nuevo Templo Parroquial. La primera piedra del Templo se puso en 1908 con la bendición del Obispo Eduardo Maldonado Calvo.
1917 – Tenza celebra con honores el primer centenario del sacrificio de Policarpa Salavarrieta y de los Mártires y Heroínas de Tenza.
1956 – El Presidente Gral. Gustavo Rojas Pinilla inaugura el nuevo Hospital de San Vicente de Paúl, obra impulsada por el Párroco José Gabriel Carvajal García.
1967 –Se conmemora el Sesquicentenario del sacrificio de los Mártires de Tenza. El Padre Antonio María Latorre organiza tales festejos.
1980 – El Presidente Julio Cesar Turbay, inaugura el lujoso Hotel Turístico de Tenza, obra modelo en el departamento, impulsada por los tenzanos Drs. Ernesto Roa Gómez y Humberto Ávila Mora.
1983 – Tenza es declarada en el concurso Departamental como “El Pueblo más lindo de Boyacá”.
Históricamente Tenza se ha destacado en la región como el epicentro cultural, siendo desde tiempos coloniales el poblado de mayor importancia para los habitantes españoles, lo cual permitió el asentamiento de hidalgas familias ibéricas que dejaron su sangre en el poblado y un fuerte arraigo en las tradiciones y arquitectura. Fue cuna de muchas mujeres y hombres que se sacrificaron por la libertad de la patria. Entre sus hijos notables se cuentan Ministros, Gobernadores, Parlamentarios, Catedráticos, Generales de las guerras civiles de siglos pasados, una inmensa nómina de Obispos, Canónigos, Escritores, Sacerdotes y Religiosas de distintas comunidades, nutrido grupo de Maestros y Maestras notables, Médicos, Juristas, Políticos, Patriarcas y Matronas notables que brillaron en el contexto regional, departamental, nacional y que incluso traspasaron fronteras, con especial reconocimiento en Europa.

Tenza, la Tenisucá prehispánica, el paraíso ancestral de la raza Chibcha, la tierra hidalga que conociera por vez primera la hueste conquistadora de Jiménez de Quesada al mando del Capitán Pedro Fernández de Valenzuela el 24 de Junio de 1537 cuando fue bautizada como la Ciudad de San Juan; tierra pujante que en los tiempos coloniales fuera erigida Parroquia el 4 de Junio de 1778 por su crecimiento poblacional y su progreso económico, Tenza, la cuna indiscutible de la libertad en los días de la Independencia, no en vano fue honrosamente declarada por la Junta Suprema de Gobierno de Santafé, Villa Republicana el 6 de Septiembre de 1810 en reconocimiento por su adhesión a la causa patriótica, hecho que inspiró a sus pobladores para luchar por la libertad de la patria en la época del Terror y de la Campaña Libertadora, ofrendando a esta lucha las vidas de 47 de sus hijos entre los que se cuentan cuatro valientes heroínas María de los Ángeles Ávila, Salomé Buitrago, Juana Ramírez y Genoveva Sarmiento, como dato adicional debe reconocerse que Tenza es la población boyacense que aportó el mayor número de mártires en la época de independencia; ya en los tiempos de la naciente República y durante todo el siglo XIX y XX fueron muchos los Tenzanos que brillaron en el panorama nacional e internacional, Médicos, Sacerdotes, Jurisconsultos, Militares, Ingenieros y Patriarcas de diversas familias que supieron dejar en alto el nombre de su histórica tierra natal; nombres como los de los Doctores Manuel Joaquín Ramírez y Roa, Ramón Gómez Bohórquez el reconocido “Sapo Gómez”, Josué y Dustano Gómez Mora, Cayetano Bohórquez, Eladio J. Gómez Alfonso, Guillermo Salamanca Camacho, Ernesto Roa Gómez y Alberto Roa Fernández, por nombrar algunos de ellos; los eminentes Clérigos Salvador López Garrido, Jacinto Ávila Bohórquez, Flavio Salustiano Gómez Riaño, Neftalí Gabriel Gómez Medina, Miguel Antonio Medina y Medina, Pedro León Gómez Bohórquez, Juan Francisco Mora Bohórquez, Hugo Fernández Mora y Alberto Parra Mora, entre otros muchos; los Generales Agapito Sarmiento Martín y Antonio Roa Díaz y los Ingenieros Aurelio Vargas Salazar y Humberto Ávila Mora, ilustres personajes a quienes debemos gratitud perenne por su abnegado servicio a esta hermosa tierra. Son éstos los valores que debemos rescatar, es esta historia y tradición la que debemos conocer y difundir y es este patrimonio único e invaluable el que debemos preservar para las futuras generaciones.

————————————————————————————-

En tierras predestinadas para el canto y en las que la naturaleza volcó todos sus dones, fue fundada la población de Tenza, nombre indígena que, traducido a buen romance, significa  VILLA REPUBLICANA DE TENZA. Anterior a la conquista, el caserío estaba gobernado por el Cacique de Cora. El Español Gonzalo Jiménez de Quezada y sus expedicionarios llegaron a Tenza, camino de Somondoco en afanosa búsqueda de esmeraldas. Ocuparon por Varios días el poblado Tenzano al que llamaron por sus muchos vecinos la ciudad de San Juan, en el que fueron bien recibidos y acariciados.

Los aborígenes le tenían a Tenza el nombre de Teusaca, que quiere decir bajar. Para evangelizar en el Valle de Tenza fueron destinados los padres dominicos Fray Francisco Vidal, Fray Domingo Morgado, Fray Bernardino de Figueroa y Fray Gaspar de Estremera.

En enero de 1.571 se reunió el primer Capítulo Provincial, y en aquel año Tenza tenía casa Dominicana. Los padres franciscanos también fueron doctrineros en Tenza. Fueron encomenderos de Tenza el capitán Gonzalo Suárez Rondón, Cristóbal de Roa y Rodrigo Suárez Sabariego.

En su libro “Cualidades y Riquezas del Nuevo Reino de Granada”, el historiador y cronista Basilio Vicente de Oviedo dice: “El cuarto del pueblo de Tenza, en las mismas distancias, algo más de una jornada de Tunja, al sureste, endilgado a los llanos y dos cortas de Santafé. En tierra templadamente cálida, produce todos los frutos de tierra caliente como maíz, plátanos, caña de azúcar etc., y con suma abundancia anís, que este y el de Guateque, su vecindario, producen cargazones de anís para todas partes y para llevar a Mompós y Cartagena y otras partes extrañas.

Con buena iglesia, completamente ornamentada, algo así extraída del común comercio, pero en temperamento ameno y sano; puede tener cien indios y más de cuatrocientos vecinos blancos. Rentara a su párroco anualmente 1400 pesos, por ser cuantiosas las primicias del anís.”

El seis de Mayo de 1.778 se expidió el decreto que erigió en parroquia a Tenza en la época de la Colonia, esta población fue capital de corregimiento. El seis de Septiembre de 1810 la Junta Suprema de Santafé concedió a Tenza el título de Villa.

Los Tenzanos sobresalieron por su valeroso aporte a las luchas de nuestra emancipación. Fueron heroínas de Tenza, de los Ángeles Ávila, quien fue fusilada por auxiliar a los patriotas que marchaban hacia Casanare; Salome Buitrago, también sacrificada por orden del español Carlos Tolra; Juana Ramírez y Genoveva Sarmiento.

Entre 1.817 y 1.821 fueron fusilados por los españoles los Tenzanos Esteban Ávila, José Antonio Barahona, Domingo Barrera, Andrés Bernal, José Antonio Bohórquez, Fernando Buitrago, Fermín Contreras, Juan Manjarrez, Juan José Medina, Juan Gabriel Mora, Diego Zamora y Juan Manuel Zea.

En 1.817 los jóvenes Vicente y Ambrosio Almeida se levantaron en el Valle de Tenza contra el gobierno realista y formaron la famosa guerrilla que hizo estragos en las filas españolas. Sabedor Juan Sámano de esta actitud de rebeldía contra la corona de España, envío un ejército a órdenes de Carlos Tolra.

Estos realistas armados poderosamente hicieron prisioneros a muchos de los patriotas Valle Tenzanos y numerosos fueron pasados por las armas.

Con Bolívar combatieron en Gameza, Pantano de Vargas y Puente de Boyacá los próceres Tenzanos Antonio Aguirre, Raimundo Contreras, Víctor Gómez, Domingo Jiménez, Andrés Salamanca, Bernardo Sarmiento y Roque Sarmiento.

Yendo de Guateque, se va descendiendo lentamente rumbo a Tenza por regular carretera, atravesando cultivos de frutales y de caña dulce, en espléndido marco tropical. A la entrada d, por entre las ramas de pomarrosos y chirimoyos, se ven brillar las tres altas cúpulas de la extensa iglesia. Esta es de tres naves, en piedra labrada finamente pulida, cuyo frontis pertenece al orden dórico.

Parte del poblado se extiende en una vega sembrada de lustrosos platanales, y parte está en una ladera, en donde escalonadamente se apiñan las casitas blancas y parduscas y enseñas su embeleso los lucientes tejados.

En el centro de Tenza, pueblo que invita a la sonrisa y al ensueño, se abre bello y basto parque, adornado de jardincillos de pinos, de frondosas ceibas, de alcaparros, clavellinas y callenas de laguitos como espejos nuevos. En el parque se levanta un monumento de piedra en homenaje a mártires y héroes de la independencia.

El visitante encuentra en esta amada población de tibio y cédante clima, un amañador hotel, con todas las comodidades y situado en un ámbito que reconforta.

Hay en Tenza variada sólida y preciosa artesanal cuya iniciación se remonta a siglos. Los Tenzanos trabajan a la perfección el fique, el esparto y la hoja seca de caña de azúcar. Con estas materias primas elaboran vistosos sombreros de viejos y nuevos modelos, cestos, bolsos, petacas, alpargatas, adornos y otra cantidad de elementos de llamativos colores. En la aceras, en los patios y en los corredores de este pueblo que viste a la vez, traje música y castellano resalta los verdes, los rojos y los amarillos de la útil canastería que sale de las prodigiosas manos de los anónimos artistas Tenzanos.

Los ríos Garagoa y el Guaya, y muchas quebradas de aguas mansas y puras fecundan las entrañas de Tenza, el pueblo que en 1983 fue catalogado por la corporación Nacional de Turismo como el más lindo de Boyacá.

La benigna y saludable temperatura, la fertilidad de las tierras, la abundancia de aguas, y la magnífica disposición de las parcelas, hacen del Valle de Tenza que paradójicamente es un valle montañoso, una de las regiones económicamente más vigorosas de Colombia, tiene vida propia y está en condiciones de abastecer suficientemente a otras comarcas y ciudades.

Todo en estos campos contribuye a la magnificencia del vivir y a la primavera constante y sensual. Allí todo es instintivamente armónico. Como casi permanentemente están sus árboles exhaustos por la cantidad de exquisitos frutos, y los días permanecen alumbrados por el oro de los naranjales, los solares y huertos aromados por el verde intenso de los limoneros y por los coposos chirimoyos en sazón el río dibujando su eterna fábula, las orillas de los antiguos y trajinados caminos sombreados por bruñidos guayabos y granados de limpio dibujo, el aíre fino, y el concierto de mirlas blancas, de toches y arrendajos, el Valle de Tenza es un pequeño paraíso de voluptuosidad.

Rafael Azula Barrera y Darío Samper, eximios poetas y prosistas Valle Tenzanos, en sublimes páginas han exaltado las bondades de su región.

Con sobrada razón, se afirma que no hay amaneceres más hermosos que los de Tenza y su valle “El basto silencio de prima noche describe líricamente Azula Barrera, empieza a ser turbado por las primeras voces del alba. Las estrellas palidecen, cambiando su oro vivo por una fina luz que, lentamente, va confundiéndose con el azul, cada vez más tenue del cielo, hasta desaparecer totalmente diluyéndose en la infinita claridad de la atmósfera. El canto de los gallos viene primeramente, como de un concierto lejano, haciéndose más intenso y profundo a medida que la aurora empieza a delinear las colinas y a instalar el rocío sobre los prados.

Las nubes, atravesadas por la espada del sol, se desangran en los collados, volcando su sangrienta iluminación sobre las flores campesinas, y ayudando a la madurez de la fruta un vuelo de campanas inunda el valle de sonidos poniendo en movimiento todo el alborozo doméstico.

Y en el renacimiento universal de las cosas se torna más nítido el gorgojeo de los pájaros cuyo hechizo melódico sale de los naranjales en flor, junto con el perfume que el hermoso arbusto propaga, llenando de olor la modesta planta rastrera, pasando por el cañaveral sonoro, hasta la copa de la encina o el penacho, casi inaccesible de árboles que parecen ascender al límite de las nubes para sostener la tienda del día”.

Y cuando el día a terminado, las musas refuerzan a Samper para que escriba el ambiente nocturno de su entrañable Tierrucha “En las noches los luceros van clavando su aguijón enamorado y la luna va por la onda del río persiguiendo los peces bajo las guijas. Después de la lluvia el paisaje queda más bruñido, con colores recién pintados. Y una noche con briznas de estrellas danzantes, con juegos de cocuyos que alumbran a los peregrinos, cantan cigarras, croan ranas, entona desde el árbol loco su soliloquio el currucucu”.

A cualquier hora o por cualquier camino Tenzano topa el caminante con un hombre de tez blanca, en casos algo “catire” con ancho sombrero típico, la ruana gris aleteándole en el hombre y machete al cinto, y amable parla. O encuentra una campesina que sonríe, mostrando distinción en el rostro, de turgentes senos, con los cabellos en trenza, algunas de ojos azules y cabellera rojiza. Ello indica que época remota España y Alemania, con sus ávidos conquistadores y audaces aventureros sentaron sus reales en el Valle de Tenza atraídos por la verde y diminuta piedra encantada.

Los raizales pobladores Tenzanos son cantantes por herencia con visión y talento. En las horas de recolección de las cosechas, al pie del trapiche en las moliendas, en las festividades folklóricas, en los jolgorios familiares, en los momentos de felicidad y de nostalgia en la calma despertina y cuando la noche comienza a incendiarse de estrellas y cocuyos se propagan las cantas, vibran los aires populares y se riegan como verdolaga en plaza las tonadas donde el verso campesino fluye con prodigalidad admirable. Son coplas de leve malicia, o de tinte místico o político o amoroso o de melancólico timbre, según lo exige las circunstancias y el clima espiritual que interprete.

Así rasgando las cuerdas dulcemente sonoras de un tiple y en instantes en que hay placidez en el alma, el campesino Tenzano hecha su canta “adobada con sal y pimienta”:

Esta noche, señorita

Como usted muy bien sabe,

Si en la casa no se puede

Los montes no tienen llave”

Fuente: Publicación “Pueblos Lindos de Boyacá”

Deja un comentario

¡Villa Republicana!